domingo, 29 de mayo de 2011

JUANA DE ARCO DE RUAN

“JUANA DE ARCO”
Juana de Arco (6 de enero de 1412  30 de mayo de 1431)1 , también conocida como la Doncella de Orléans, fue una heroína, militar y santa francesa. Su festividad se celebra el día del aniversario de su muerte, como es tradición en la Iglesia Católica, el 30 de mayo.
Nacida en Domrémy, pequeño poblado situado en el departamento de los Vosgos en la región de la Lorena, Francia, ya con 17 años encabezó el ejército real francés. Convenció al rey Carlos VII de que expulsaría a los ingleses de Francia y éste le dio autoridad sobre su ejército en el Sitio de Orleans, la batalla de Patay y otros enfrentamientos en 1429 y 1430. Estas campañas revitalizaron la facción de Carlos VII durante la Guerra de los Cien Años y permitieron la coronación del monarca. Como recompensa, el rey eximió al pueblo natal de Juana de Domrémy del impuesto anual a la corona. Esta ley se mantuvo en vigor hasta hace aproximadamente cien años. Posteriormente fue capturada por los borgoñones y entregada a los ingleses. Los clérigos la condenaron por herejía y el duque Juan de Bedford la quemó viva en Ruán. La mayoría de los datos sobre su vida se basan en las actas de aquel proceso pero, en cierta forma, están desprovistos de crédito pues, según diversos testigos presenciales del juicio, fueron sometidos a multitud de correcciones por orden del obispo Cauchon, así como a la introducción de datos falsos. Entre estos testigos estaba el escribano oficial, designado sólo por Cauchon, quien afirma que en ocasiones había secretarios escondidos detrás de las cortinas de la sala esperando instrucciones para borrar o agregar datos a las actas.
Veinticinco años después de su condena, el Rey Carlos VII instigó a la Iglesia a que revisaran aquel juicio inquisitorial, dictaminando el Papa Nicolás V la inconveniencia de su reapertura en aquellos momentos, debido a los recientes éxitos militares de Francia sobre Inglaterra y a la posibilidad de que los ingleses lo tomaran, en aquellos delicados momentos, como una afrenta por parte de Roma. No obstante la familia de Juana también reunió las pruebas necesarias para la revisión del juicio y se las envió al Papa, pero éste se negó definitivamente a reabrir el proceso. A la muerte de Nicolás V, fue elegido papa el español Calixto III (Alfonso de Borja) el 8 de abril de 1456 y es él quien dispuso que se reabriera el proceso. La inocencia de Juana Domrémy fue reconocida ese mismo año en un proceso donde hubo numerosos testimonios y se declaró herejes a los jueces que la habían condenado. Finalmente, ya en el siglo XX, en 1909 fue beatificada y posteriormente declarada santa en 1920 por el Papa Benedicto XV. Ese mismo año fue declarada como la santa patrona de Francia.
    Lo contradictorio de todo es que después de ser infamemente acusada y sentenciada a muerte en la hoguera  por  los cargos que la iglesia le imputo hoy después de muerta es utilizada por la iglesia que la llevo a la hoguera como su símbolo. Se podría pensar que después que hicieron la mártir les sirvió para redimirse ante el mundo lavándose en la muerte de un ser humano. Esas son las cosas que no son suficientes.
    La verdadera causa del martirio de esta Mujer símbolo feminista del mundo, es el machismo que imperaba dentro de la Iglesia Católica y de la Sociedad en General y se podría considerar como un mal ejemplo en esa época para las mujeres. Su Valor, su entrega, su fortaleza física, su determinación y su gran personalidad fueron los atributos que consideraron una amenaza ante el orden establecido y los que mantenían el Poder. 

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